En los tiempos antiguos, cuando la magia era conocida por unos pocos, existian seres llamados brujos o brujas. Seres despiadados que no tenian compasion de nada o nadie, ni si quiera de sus semejantes...a excepcion de una.

Una bruja que, despues de un fallido hechizo, quedo en la tierra por unos años. Alli conocio a un hombre, 2 años mayor, del cual se enamoro puesto que era una bruja en entrenamiento, aun poseia esa alma humana. Se casaron por la iglesia, algo prohibido para cualquier bruja por la ley de Dios.

Un año pasaron juntos y naci yo, Akisaki no Sagashite, siendo semibruja. Mi padre nunca supo ese lado oscuro que mi madre poseia, hasta el momento en que deje a un lado todas las cosas pateticas que una niña de 8 años hace, me preocupaba mas por mi apariencia, me daba placer el dolor ageno, la oscuridad y la soledad eran mis mejores compañeros.

Yo tampoco supe que era una semibruja sino hasta los 10 años, al momento en que un niño de mi clase me hizo enojar. No se que hice, pues aun sigue en duda, pero ese niño lo deje muerto en medio de todo el salon. Me despreciaron, nunca me habian hecho algo asi. Ese dia me expulsaron de la escuela, no tarde nada y llegue a mi casa. fue ahi que mi madre me recibio con la noticia de que ya no viviriamos con mi padre, por ser brujas.

Al cumplir los 14 años, mi madre y yo hicimos un pacto que ella me enseño: el pacto de la juventud eterna. Este tambien fue un paso muy importante, pues al haber hecho el pacto, deje de ser una semibruja y me volvi bruja, aunque aun poseo un poco mi alma humana.

Para poder desaparecer esa alma humana debia enamorarme, asi como mi madre lo hizo, de un hombre. Si se podia, debia darme un hijo y luego dejarlo o asesinarlo, asi la herencia de poder se volveria a dar.

Asi soy comunmente


Asi a veces me torno, gracias al pacto de jueventud